lunes, 23 de junio de 2014

Salar de Uyuni, el salar más grande del mundo y algún percance...

Llegamos al frío Uyuni en tren desde Oruro, un paisaje precioso, y ya de noche enseguida buscamos un sitio para dormir. Al día siguiente, preguntamos en varias agencias para comparar precios básicamente, ya que el itinerario es el mismo en las más de 80 agencias que hay. Al final lo sacamos por 650 bolivianos (unos 65 €, tour de 3 días-2 noches), tiradísimo de precio. Viajamos con una pareja de holandeses y otra de franceses.
El primer día fue todo genial. Visitamos el cementerio de trenes y después nos adentramos en el salar en el 4x4. Era impresionante como la vista se perdía en la cantidad infinita de sal, 12.000 km cuadrados de sal. Nos hicimos unas fotos muy chulas y a continuación fuimos a la Isla del Pescado, una montaña de tierra con forma de pez en mitad del salar llena de cactus de todos los tamaños. Las vistas del salar desde arriba adornadas por miles de cactus milenarios fue algo increíble. Ese día dormimos en el salar, en un "hotel de sal", con poco de hotel y mucho de sal. Increíble estar en un sitio donde todo es de sal: las camas, las mesas, las sillas, las paredes... y el suelo, ¡ solo sal!

Cementerio de trenes en Uyuni




Salar de Uyuni





Isla del Pescado

Cactus gigante


Evolución del hombre
Hotel de Sal
Con nuestros amigos franceses Maxime y Alizee
Al día siguiente salíamos a las 7.30 para continuar con nuestro tour, pero ¡atención! No os podéis imaginar lo que pasó... Nuestro guía y chofer Rober, un señor de unos 50 años, apareció una hora tarde borrachísimo, tanto que ni se tenía en pie, y nos dice: "¿Vamos chicos?". Al decirle que en ese estado no íbamos a ningún sitio, contestó: "Pueden conducir ustedes". Imaginad nuestras caras... Este es un problema demasiado común en los tours de Uyuni, pero lo peor fue que la pareja de holandeses y franceses que venían con nosotros se habían preocupado de buscar en internet y en sus guías una compañía segura y con buenas referencias, pero como pudimos comprobar era más una cuestión de suerte, como nosotros intuíamos.

En resumen, los españoles fuimos a llamar a la agencia desde el único punto de cobertura intermitente que había en el campo frente al "hotel", y tras muuuuucho pelear con problemas de red, mentiras y artimañas, conseguimos lo que queríamos: continuar al día siguiente con el tour con sus paradas y tiempos en cada sitio. Los holandeses no tenían más días, así que siguieron ese mismo día, pero perdieron unas 5 horas de tour. Nosotros seguimos al día siguiente con los franceses, una pareja muy maja, y desde esa noche que llegó el jefe a disculparse y a hacerse cargo, fuimos tratados como VIP. No hay mal que por bien no venga...

Así que al día siguiente hicimos el tour sin problemas con Omar, nuestro nuevo guía-chofer, que no bebía ;) Visitamos el mirador del volcán Ollagüe y las lagunas altiplánicas. Comimos al lado de una, donde pudimos ver muchos flamencos. Por la tarde vimos la laguna honda y la laguna colorada, y de camino vicuñas y unos paisajes preciosos, formaciones como el Árbol de Piedra y un desierto sin fin.









Árbol de Piedra
Vicuñas en el desierto
Laguna Colorada al atardecer
Llegamos al alojamiento de nuestra segunda (en nuestro caso tercera) noche: lo más básico de lo más básico que os podéis imaginar, con una temperatura exterior de unos -15° e interior de -5. ¡Pero sobrevivimos!

A las 6 de la mañana empezó nuestro último día de tour con una primera parada en los Geysers Sol de Mañana. A pesar de los 15° bajo cero, pudimos disfrutar de unas vistas únicas, preciosas. Algo parecido a lo que vimos en San Pedro de Atacama, pero más impresionante por ser un lugar más remoto y estar prácticamente solos. Después, aguas termales a 30° donde solo David, de nuevo, se atrevió a entrar, porque quedarse en bañador cuando no te sientes los pies no es fácil...

Después del baño fuimos a la laguna verde junto al volcán Licancabur, uno de los sitios más famosos del tour. Por desgracia el agua no estaba muy verde, ya que para ello es necesario que haga viento y mezcle los minerales del agua, pero aún así el paisaje era increíble.

Por último, visitamos el Desierto de Salvador Dalí, llamado así porque asemeja los cuadros del pintor, aunque curiosamente nunca visitó el salar. Y de camino de vuelta pudimos ver muchas llamas y alpacas, y más formaciones rocosas de antiguas erupciones volcánicas, además de algún que otro poblado en mitad del desierto, donde parece imposible vivir. Una muestra más de la dureza de este país y la fuerza y resistencia de su gente.
Geysers Sol de Mañana







Laguna Verde


Con el conductor que no bebe
Y así pusimos fin a nuestra excursión, 900 km de recorrido en jeep por terrenos casi inhabitables, casi volando por paisajes irrepetibles a 5000 m de altura, sobreviviendo con alojamientos y comidas básicas, pero disfrutando con las maravillas naturales que el sur de Bolivia ofrece, todo ello flanqueado por los imponentes Andes, con montañas de 6000 m de altura.

14 comentarios:

  1. Hey David!! Muy buenas las fotos. Parece que va todo bien, me alegro.
    Con tanto viaje te has perdido los fantásticos partidos de España en la copa del mundo jajaja
    Que sigan bien!! Saludos

    Diego

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    1. Jejejjeje....no hables mucho que ganarle a Iran en el descuento no es para echae cohetes. En breve para Perú. Abrazo!

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    2. Jejej...siii, el salar una locura. Lástima que no hemos tenido tiempo para el norte de Argentina. Lo de España mejor ni mencionarlo

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  2. Madre mía que paisajes!! Y valla tela el conductor... menos mal que lo pudisteis arreglar! Muchos besos y seguid pasándolo bien ;)

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    1. Siii, aunque hubo que pelear. Aquí es mentira tras mentira pero te acostumbras y les regateas los precios mejor que Messi. Besos

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  3. Increíble chicos !!!este viaje se supera en cada etapa!!besos!!

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    1. Vaya! Cada sitio nos sorprende y nos ofrece algo que desconocíamos. Besos

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  4. Otras jornadas a cual mas diferentes de las anteriores. Bueno las fotos son estupendas. Sandra, no dejes al trato tocar la cámara.

    Besos para ambos dos

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    1. Ya estaba así cuando lo toqué...El Salar una pasada, con muchos tenderetes. Besos

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  5. Menos mal que se recuperaron las fotos, pues son una pasada d bonitas y no era plan volver. Cada etapa del viaje supera a la anterior. Es increible. Muchos besos de tus papis.

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    1. No te creas que no pensamos en volver, jejej Siguiente entrada del blog el lago Titicaca. Besos

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  6. LOS MONTAJES MUY CHULIS, TRAEME SAL QUE ME NO QUEDA CASI MIRA SI ENCUENTRAS POR AHI UNA POQUITA
    UN BESO .


    L

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    1. No son montajes, allí las fotos salen así, jajaj...Mejor la sal de mercadona, esta sin yodo es mortal. Besos

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  7. La espera fue tensa pero mereció la pena, hemos recuperado todas!! Te debo una cena ;)

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