jueves, 12 de junio de 2014

Bolivia, primera parte: Samaipata, Sucre y Toro Toro



Las ciudades fronterizas siempre son caóticas e imprevisibles, y este paso no iba a ser una excepción. Tardamos dos horas en cruzar desde Corumbá, en Brasil hasta Quijarro, en Bolivia. Pasamos el día en la terminal de buses de Quijarro hasta las 19.30 que salió nuestro bus hacia Santa Cruz, el mejor bus en el que hemos viajado nunca, pero luego descubriríamos que era algo excepcional.

Tras 10 horas de viaje llegamos a Santa Cruz, y de ahí cogimos una van hacia Samaipata, un pequeño pueblo a tres horas de viaje por caminos precarios. Este pueblo está en un valle, cerca del parque nacional Amboró, y se ha puesto de moda entre los hippies por su oferta de voluntariados en granjas ecológicas y su naturaleza virgen.

En Samaipata estuvimos dos días. El primer día visitamos El Fuerte, una gran piedra tallada de la época inca que los españoles convirtieron más tarde en un fuerte, con restos de construcciones del poblado. Muy interesante, y un secreto muy bien guardado.


El Fuerte de Samaipata

Disfrutando de unos mojitos y unos nachos a precios bolivianos
Desayuno de campeones

El segundo día hicimos una caminata de unas 5 horas en el bosque nuboso del parque nacional Amboró. Estuvo muy bien, el guía nos explicó muchas cosas sobre los tipos de helechos milenarios, casi únicos en el mundo, que se encuentran en esta parte del parque, además de otras curiosidades de la zona y los indígenas.

 
¿Nos véis?


Después de Samaipata nuestro siguiente destino fue Sucre, a 10 horas de bus, esta vez menos cómodo, pero más auténtico, con niños durmiendo en el suelo, no hace falta decir más. Sucre es una de las ciudades más importantes de Bolivia. Fue la capital durante mucho tiempo y donde se levantó el país y se llevó a cabo el proceso de independencia. Aunque la ciudad no tiene mucho, los alrededores ofrecen muchas cosas diferentes para hacer. Por ejemplo, el domingo visitamos la aldea de Tarabuco, famosa por su mercado textil y campesino que solo está el último día de la semana.

El lunes fuimos a Marawa, una comunidad quechua a 2 horas de Sucre. Caminamos 3 horas por el camino del inca y aprendimos muchas cosas de la cultura e historia de Bolivia.
 
Vistas de Sucre
En el mercado de Tarabuco
Textiles típicos



Mercado de Tarabuco
Ganadería en Marawa



La siguiente parada era Uyuni, para visitar el salar, pero había bloqueos en la carretera de gente manifestándose y no se podía llegar. Así que fuimos a Toro Toro. 9 horas de bus más 4 de furgoneta por un camino de cabras. Este pueblo en mitad de la nada es uno de esos lugares ocultos que los viajeros sólo conocemos de boca en boca.

El primer día intentamos hacer una excursión a un lugar llamado Ciudad de Itas, pero pinchó el coche a mitad de camino y tuvimos que volver. Imaginad cómo era la carretera. Así que lo dejamos para la tarde del día siguiente.

Con el grupo de viajeros que habíamos formado al llegar a Toro Toro, hicimos una caminata al día siguiente. Un grupo muy majo de una pareja de franceses, Roberto, un español y Gert, un alemán muy peculiar. Con ellos hemos estado casi 24 horas al día en estos dos días en Toro Toro. La caminata duró 6 horas y visitamos el cañón Toro Toro, el sendero Vergel, al final del cual llegamos a unas cascadas y unas pozas preciosas. Durante el camino y en general en todo el pueblo se pueden ver huellas de dinosaurios petrificadas, algo que resulta increíble y sobrecogedor.

Huella de dinosaurio
Con nuestros amigos de Toro Toro
 

Cañón de Toro Toro
 


Caminando por dentro del cañón a 300m de profundidad
Llegando a Toro Toro después de la caminata

Por la tarde, esta vez con un coche en condiciones, fuimos todos de nuevo a Ciudad de Itas, a una hora por caminos de piedras, y luego una caminata de tres horas, viendo cuevas y formaciones rocosas impresionantes, que asemejan los arcos de una catedral. El camino al atardecer y con la luna llena asomando fue precioso y algo arriesgado, por algunos sitios escalando ya casi de noche, pero inolvidable.

Después de todo el día caminando llegamos a Toro Toro exhaustos y hambrientos, así que fuimos al mercado a cenar. En Bolivia, en todos los pueblos hay un mercado municipal donde también hacen comidas típicas y son baratísimas, entre 10 y 12 bolivianos ( 1,20 €) el menú con dos platos enormes.




Al día siguiente dejamos Toro Toro para llegar a Cochabamba, donde descubrimos que han terminado los bloqueos en Uyuni, nuestro próximo destino.

Bolivia es diferente a todo lo que hemos visto hasta ahora. Impresiona nada más pisar la frontera, su gente, sus ropas, sus costumbres, sus tradiciones, sus pueblos, su comida, sus casas, sus paisajes, su pobreza… Te cautiva, te pone a prueba, te sorprende y te encanta. Y acabamos de llegar…
 


8 comentarios:

  1. Yeee se os olvidó meter en el grupo de Toro Toro a la japonesa (Cana o algo así jaja).
    Espero que vaya todo genial, yo estoy ya en Corumbá... Os hice caso y vine al Pantanal a ver que onda!
    Un abrazo gigante!
    Rober

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja...No nos acordábamos de su nombre. Ya estamos en La Paz. En Uyuni hemos tenido movida muy chunga, pero eso es en la próxima entrega.
      Qué tal en el Pantanal?
      Seguimos en contacto.
      Un abrazo!

      Eliminar
  2. Muy chuli seguir disfrutando de los paisajes tan bonitos, pero el desayuno cojonudo.

    un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jejeje sin un desayuno tan copioso no se puede disfrutar del resto del día. Un abrazo!

      Eliminar
  3. Ya hace tiempo que huelgan los comentarios. Creo que David se quedó con un poco de hambre en el desayuno.
    Adelante con los faroles.
    Besos para ambos dos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues vamos a superarnos! Pero de momento descansaremos un poco en La Paz. El salar de Uyuni ha tenido tela...

      Eliminar
  4. Hola chicos, me gusta mucho el cañón y las huellas del dinosaurio, es un país diferente pero tb muy chulo y con muchos contrastes. No arriesgueis tanto y cuidaros mucho. Tus papis.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El que no arriesga no gana ;) pero tranquis, que no arriesgamos tanto. Un beso!!

      Eliminar