lunes, 30 de junio de 2014

La Paz y Lago Titicaca, últimos días en Bolivia

Después de sobrevivir al percance de Uyuni, y disfrutar del Salar, esa misma noche viajamos a La Paz. Un camino malísimo de 10 horas en el que pudimos dormir algo debido al cansancio.

No nos hizo falta mucho tiempo para percatarnos de que la ciudad no tiene nada de encanto, y en especial a David le pareció "una de las ciudades más feas jamás visitadas". Aunque Sandra también le cogió manía. Ahora diremos el porqué.

La ciudad está situada entre montañas, en un valle, por lo que la contaminación y el humo está en todas partes. Además, esas montañas están salpicadas por innunerables casas de ladrillo, que le dan un aspecto bastante pobre. Sólo destaca el Mercado de las Brujas, donde venden pociones de todo tipo y están los FETOS DE LLAMAS colgados de las tiendas. En general, la ciudad es un mercado ambulante.

Vistas de La Paz



Fetos de llama


Al día siguiente hicimos una excursión al Chacaltaya, a 5400 metros de altitud, con unas vistas de Los Andes con sus picos de más de 6000 metros. En el camino, David estaba traqueteando con la cámara y borró TODAS LAS FOTOS DEL VIAJE. Os podéis imaginar el disgusto que cogimos... Las vistas eran preciosas pero no llegamos a disfrutarlo porque no sabíamos si íbamos a recuperar las fotos.








Por la tarde fuimos al Valle de la Luna, con unas formaciones que asemejan el paisaje de la luna. Al volver al centro fuimos a un par de calles donde venden ropa de montaña de north face, columbia y otras marcas a precios ridículos. Si son falsas, desde luego están muy bien hechas. Ya las veréis a la vuelta.



Al día siguiente hicimos el primer intento para ir a Copacabana, en el lago Titicaca. Después de 3 horas de bus, justo en el lago, nos dimos cuenta de que nos habíamos dejado una bolsa con cosas importantes, así que volvimos otra vez a La Paz. A la mañana siguiente Sandra amaneció hecha polvo, por lo que tuvimos que llamar a un médico y estar un par de días más en La Paz hasta que el antibiótico hiciera efecto.  

Con un par de días de retraso, llegamos a Copacabana, y de ahí casi directos a la Isla del Sol. Esta isla es el origen de la cultura inca, y tiene unas vistas muy bonitas del lago Titicaca. El primer día visitamos la parte sur, y el segundo la parte norte, donde se encuentran algunas ruinas incas y preincas. La verdad es que las vistas al lago eran impresionantes.

Vistas del Lago Titicaca desde Copacabana

Desayunando en la Isla del Sol con vistas de lujo
La salida del lago y de Bolivia fue casi furtiva. Tuvimos la mala suerte de que había otro bloqueo a Perú, así que tuvimos que caminar 40 minutos hasta la frontera con la mochila. Pero a pesar de todos los inconvenientes, de tener que volver a La Paz, de enfermedades repentinas y bloqueos fronterizos ¡lo conseguimos!

El bloqueo (sí, es un tronco)
La caminata hasta la frontera


Otra vez las tecnologías nos han jugado una mala pasada. Intentando pasar las fotos para subirlas al blog el USB se ha rayado y nos ha borrado todas las fotos desde el Lago Titicaca, por eso no hemos podido poner casi ninguna. Intentaremos recuperarlas y si hay suerte actualizaremos la entrada con alguna foto más.

Y con esto ponemos fin a 22 días en Bolivia, llenos de contratiempos y más duros de lo que veníamos acostumbrados, donde el frío, alojamientos cutres, duchas de agua fría, carreteras de la muerte y comidas poco fiables han marcado parte de nuestro viaje. Aún así, no han podido eclipsar la belleza de este país y la fuerza de su cultura y su gente. Sin duda, Bolivia es inolvidable.

lunes, 23 de junio de 2014

Salar de Uyuni, el salar más grande del mundo y algún percance...

Llegamos al frío Uyuni en tren desde Oruro, un paisaje precioso, y ya de noche enseguida buscamos un sitio para dormir. Al día siguiente, preguntamos en varias agencias para comparar precios básicamente, ya que el itinerario es el mismo en las más de 80 agencias que hay. Al final lo sacamos por 650 bolivianos (unos 65 €, tour de 3 días-2 noches), tiradísimo de precio. Viajamos con una pareja de holandeses y otra de franceses.
El primer día fue todo genial. Visitamos el cementerio de trenes y después nos adentramos en el salar en el 4x4. Era impresionante como la vista se perdía en la cantidad infinita de sal, 12.000 km cuadrados de sal. Nos hicimos unas fotos muy chulas y a continuación fuimos a la Isla del Pescado, una montaña de tierra con forma de pez en mitad del salar llena de cactus de todos los tamaños. Las vistas del salar desde arriba adornadas por miles de cactus milenarios fue algo increíble. Ese día dormimos en el salar, en un "hotel de sal", con poco de hotel y mucho de sal. Increíble estar en un sitio donde todo es de sal: las camas, las mesas, las sillas, las paredes... y el suelo, ¡ solo sal!

Cementerio de trenes en Uyuni




Salar de Uyuni





Isla del Pescado

Cactus gigante


Evolución del hombre
Hotel de Sal
Con nuestros amigos franceses Maxime y Alizee
Al día siguiente salíamos a las 7.30 para continuar con nuestro tour, pero ¡atención! No os podéis imaginar lo que pasó... Nuestro guía y chofer Rober, un señor de unos 50 años, apareció una hora tarde borrachísimo, tanto que ni se tenía en pie, y nos dice: "¿Vamos chicos?". Al decirle que en ese estado no íbamos a ningún sitio, contestó: "Pueden conducir ustedes". Imaginad nuestras caras... Este es un problema demasiado común en los tours de Uyuni, pero lo peor fue que la pareja de holandeses y franceses que venían con nosotros se habían preocupado de buscar en internet y en sus guías una compañía segura y con buenas referencias, pero como pudimos comprobar era más una cuestión de suerte, como nosotros intuíamos.

En resumen, los españoles fuimos a llamar a la agencia desde el único punto de cobertura intermitente que había en el campo frente al "hotel", y tras muuuuucho pelear con problemas de red, mentiras y artimañas, conseguimos lo que queríamos: continuar al día siguiente con el tour con sus paradas y tiempos en cada sitio. Los holandeses no tenían más días, así que siguieron ese mismo día, pero perdieron unas 5 horas de tour. Nosotros seguimos al día siguiente con los franceses, una pareja muy maja, y desde esa noche que llegó el jefe a disculparse y a hacerse cargo, fuimos tratados como VIP. No hay mal que por bien no venga...

Así que al día siguiente hicimos el tour sin problemas con Omar, nuestro nuevo guía-chofer, que no bebía ;) Visitamos el mirador del volcán Ollagüe y las lagunas altiplánicas. Comimos al lado de una, donde pudimos ver muchos flamencos. Por la tarde vimos la laguna honda y la laguna colorada, y de camino vicuñas y unos paisajes preciosos, formaciones como el Árbol de Piedra y un desierto sin fin.









Árbol de Piedra
Vicuñas en el desierto
Laguna Colorada al atardecer
Llegamos al alojamiento de nuestra segunda (en nuestro caso tercera) noche: lo más básico de lo más básico que os podéis imaginar, con una temperatura exterior de unos -15° e interior de -5. ¡Pero sobrevivimos!

A las 6 de la mañana empezó nuestro último día de tour con una primera parada en los Geysers Sol de Mañana. A pesar de los 15° bajo cero, pudimos disfrutar de unas vistas únicas, preciosas. Algo parecido a lo que vimos en San Pedro de Atacama, pero más impresionante por ser un lugar más remoto y estar prácticamente solos. Después, aguas termales a 30° donde solo David, de nuevo, se atrevió a entrar, porque quedarse en bañador cuando no te sientes los pies no es fácil...

Después del baño fuimos a la laguna verde junto al volcán Licancabur, uno de los sitios más famosos del tour. Por desgracia el agua no estaba muy verde, ya que para ello es necesario que haga viento y mezcle los minerales del agua, pero aún así el paisaje era increíble.

Por último, visitamos el Desierto de Salvador Dalí, llamado así porque asemeja los cuadros del pintor, aunque curiosamente nunca visitó el salar. Y de camino de vuelta pudimos ver muchas llamas y alpacas, y más formaciones rocosas de antiguas erupciones volcánicas, además de algún que otro poblado en mitad del desierto, donde parece imposible vivir. Una muestra más de la dureza de este país y la fuerza y resistencia de su gente.
Geysers Sol de Mañana







Laguna Verde


Con el conductor que no bebe
Y así pusimos fin a nuestra excursión, 900 km de recorrido en jeep por terrenos casi inhabitables, casi volando por paisajes irrepetibles a 5000 m de altura, sobreviviendo con alojamientos y comidas básicas, pero disfrutando con las maravillas naturales que el sur de Bolivia ofrece, todo ello flanqueado por los imponentes Andes, con montañas de 6000 m de altura.