Después de sobrevivir al percance de Uyuni, y disfrutar del Salar, esa misma noche viajamos a La Paz. Un camino malísimo de 10 horas en el que pudimos dormir algo debido al cansancio.
No nos hizo falta mucho tiempo para percatarnos de que la ciudad no tiene nada de encanto, y en especial a David le pareció "una de las ciudades más feas jamás visitadas". Aunque Sandra también le cogió manía. Ahora diremos el porqué.
La ciudad está situada entre montañas, en un valle, por lo que la contaminación y el humo está en todas partes. Además, esas montañas están salpicadas por innunerables casas de ladrillo, que le dan un aspecto bastante pobre. Sólo destaca el Mercado de las Brujas, donde venden pociones de todo tipo y están los FETOS DE LLAMAS colgados de las tiendas. En general, la ciudad es un mercado ambulante.
Vistas de La Paz |
Fetos de llama |
Al día siguiente hicimos una excursión al Chacaltaya, a 5400 metros de altitud, con unas vistas de Los Andes con sus picos de más de 6000 metros. En el camino, David estaba traqueteando con la cámara y borró TODAS LAS FOTOS DEL VIAJE. Os podéis imaginar el disgusto que cogimos... Las vistas eran preciosas pero no llegamos a disfrutarlo porque no sabíamos si íbamos a recuperar las fotos.
Por la tarde fuimos al Valle de la Luna, con unas formaciones que asemejan el paisaje de la luna. Al volver al centro fuimos a un par de calles donde venden ropa de montaña de north face, columbia y otras marcas a precios ridículos. Si son falsas, desde luego están muy bien hechas. Ya las veréis a la vuelta.
Al día siguiente hicimos el primer intento para ir a Copacabana, en el lago Titicaca. Después de 3 horas de bus, justo en el lago, nos dimos cuenta de que nos habíamos dejado una bolsa con cosas importantes, así que volvimos otra vez a La Paz. A la mañana siguiente Sandra amaneció hecha polvo, por lo que tuvimos que llamar a un médico y estar un par de días más en La Paz hasta que el antibiótico hiciera efecto.
Con un par de días de retraso, llegamos a Copacabana, y de ahí casi directos a la Isla del Sol. Esta isla es el origen de la cultura inca, y tiene unas vistas muy bonitas del lago Titicaca. El primer día visitamos la parte sur, y el segundo la parte norte, donde se encuentran algunas ruinas incas y preincas. La verdad es que las vistas al lago eran impresionantes.
Vistas del Lago Titicaca desde Copacabana |
Desayunando en la Isla del Sol con vistas de lujo |
La salida del lago y de Bolivia fue casi furtiva. Tuvimos la mala suerte de que había otro bloqueo a Perú, así que tuvimos que caminar 40 minutos hasta la frontera con la mochila. Pero a pesar de todos los inconvenientes, de tener que volver a La Paz, de enfermedades repentinas y bloqueos fronterizos ¡lo conseguimos!
El bloqueo (sí, es un tronco) |
La caminata hasta la frontera |
Otra vez las tecnologías nos han jugado una mala pasada. Intentando
pasar las fotos para subirlas al blog el USB se ha rayado y nos ha
borrado todas las fotos desde el Lago Titicaca, por eso no hemos podido
poner casi ninguna. Intentaremos recuperarlas y si hay suerte
actualizaremos la entrada con alguna foto más.
Y con esto ponemos fin a 22 días en Bolivia, llenos de contratiempos y más duros de lo que veníamos acostumbrados, donde el frío, alojamientos cutres, duchas de agua fría, carreteras de la muerte y comidas poco fiables han marcado parte de nuestro viaje. Aún así, no han podido eclipsar la belleza de este país y la fuerza de su cultura y su gente. Sin duda, Bolivia es inolvidable.