viernes, 18 de abril de 2014

Isla de Pascua, pura magia en mitad del Pacífico

Isla de Pascua, Rapa Nui (Isla grande), Te Pito o Te Henua (el ombligo del mundo, lo que creían sus habitantes), Easter Island... Se pueden dar muchos nombres para este recóndito lugar; el lugar habitado más aislado del planeta. Pero describir lo que sientes una vez que llegas y los MOAIS salen a tu paso, observas los inmensos altares donde los colocaban, o escuchas los mitos y leyendas sobre sus habitantes, te invita a reflexionar, a pensar sobre nuestro lugar en el mundo y a relativizar un poco más las cosas. Nosotros vamos a contar lo que hemos visto y sentido estos días, pero si queréis vivirlo, tendréis que venir vosotros mismos.

Muelle en Hanga Roa
Llegamos el jueves después de 5 horas de vuelo (hay 2 horas de diferencia con el continente) y nos llevaron al hostel. Dimos una vuelta por Hanga Roa (la ciudad) y nos informamos en todas las agencias de los tours y los precios. Por la tarde fuimos a ver el atardecer en Ahu Tahai, los moais que están más cerca del pueblo. La vista a contraluz de los 5 moais con el sol al fondo formaba un efecto muy bonito.

Atardecer en Ahu Tahai, Hanga Roa
Al día siguiente hicimos una caminata a Orongo, el poblado ceremonial más importante de la isla. En el camino vimos una cueva con petroglifos y el cráter del volcán Rano Kau. 

Volcán Ranu Kau, camino a Orongo
Ya en el poblado, vimos las casas donde habitaban los isleños en el último periodo antes de la llegada del hombre blanco, y descubrir horrorizados el gran expolio que principalmente hicieron los ingleses, ¡Que incluso robaron un moai!

En este lugar realizaban la competición del hombre pájaro, para determinar el rey de la tribu cada año. En total caminamos unas 4 horas ida y vuelta con un sol abrasador a ratos, combinada con un agradable viento.
Por la noche celebramos nuestra llegada a la isla con una cena. Pedimos ceviche de atún, carpaccio y pescado local. Riquísimo.

El sábado alquilamos una moto, pero no sin dificultades. Aquí en Chile para alquilar moto tiene que venir especificado que puedes llevar moto, así que ningún rent a car nos alquilaba. Al final, el dueño del hostel nos "alquiló" la suya. Sin contrato, sin papeles, sin el permiso de conducir...

Motorizado en Rapa Nui
Tras una toma de contacto con la moto (ninguno de los dos habíamos llevado una antes), fuimos a Anakena, la única playa de la isla, con una arena blanca, unas palmeras traidas de Tahiti y unos moais impresionantes en plena playa.

Anakena, la playa
Los moais con los pukaos, Anakena
Estuvimos unas 2 horas y después fuimos al Ahu Akivi, donde vimos los 7 únicos moais que están en dirección al mar. Vamos con un poquito de historia y vocabulario ;) Ahu es la plataforma donde se ubican los moais (estatuas), que representan antiguos reyes, que observaban a los isleños y les protegían.

Ahu Akivi, gracias a los japos
Concretamente estos 7 miran en dirección al solsticio de verano. Antes de eso fuimos a Puna Pau, el lugar donde hacían los pukaos (sombreros, tocados con plumas o moño recogido de los moais), que son de un color rojizo. También recorrimos una cueva cercana, y regresamos por la tarde a Hanga Roa.

El domingo fuimos a ver el amanecer a Ahu Tongariki, aunque un error de cálculo en las horas hizo que llegáramos justo cuando el sol acababa de salir. Aún así, fue impresionante ver a estos 15 moais juntos de espaldas al mar al abrir el día. Es uno de los sitios más impresionantes de la isla.

Uno más
A las 9 estábamos ya en la iglesia para ver una misa local. No tiene mucho de especial porque son católicos, pero hay elementos de la cultura indígena entremezclados, como los cantos en rapa nui y los collares de flores del sacerdote y otros miembros de la comunidad; al menos, curioso de ver.

Nuestra siguiente excursión motorizada fue a Vinapu, cerca de la ciudad. Creíamos que íbamos a ver algunos moais, pero están todos en el suelo. 

En general, es una pena que no restauren más moais, poniendo como excusa el valor histórico y cultural, cuando en realidad es una cuestión económica. Si fuera por el valor histórico, lucharían por las tablillas, grabados, utensilios y moais robados. De hecho, la única restauración la llevaron a cabo los japoneses hace casi 20 años. Además, si tienes en cuenta el precio desorbitado que pagas por la entrada al parque (60 dólares), da bastante rabia que no inviertan más en conservación y recuperación, y en paneles informativos, que a penas hay.

De Vinapu fuimos a los pies del Terevaka, el volcán más alto de la isla (600m), con unas bonitas vistas de toda la isla. Nos costó una hora y media de ascenso suave pero prolongado, con tormenta tropical incluida.
El lunes nos lo tomamos con calma, y paseamos por los alrededores de Hanga Roa, donde se pueden ver unas cuevas. Una de ellas es especialmente bonita, porque tiene 2 ventanas abiertas al mar que puedes observar a la vez. Tras casi 1 hora buscándolas, encontramos el agujero minúsculo y angosto por donde se accede, teniendo que usar el frontal para ver algo.

Cueva de las dos ventanas
Nuestro último día, el martes, fue el mejor. Hicimos un tour que nos llevó a los lugares más significativos, y conociendo la historia, motivos, evolución y fin de la cultura Rapa Nui.

Volvimos a Ahu Tongariki y después fuimos a Rano Raraku, la cantera de los moais. Es el lugar más especial de la isla. En toda la ladera del volcán se ven los moais en sus diferentes fases de construcción, desde el inicio, cuando empezaban a esculpirlos en la propia roca, hasta el final, cuando tallaban los detalles de la cara. De nuevo, es una lástima que la conservación sea penosa. La guía explicó que algunos los dejaban enterrar por la erosión de la tierra, y otros los habían enterrado deliberadamente para supuestamente preservarlos.

La cantera, Ranu Raraku
Dicho esto, ver los moais cara a cara (nunca mejor dicho), y sentirte observado por esos rostros con facciones rectas y vastas, representando viejos reyes de Rapa Nui, es algo difícil de explicar y comprender si no estás ahí. El entorno es de otra dimensión, con cabezas semienterradas que parecen van a salir en cualquier momento, o van a hablarte y desvelar la enigmática historia que la isla esconde.

Cara a cara

Emblemático en la cantera

















La última parada fue la playa de Anakena, donde ya habíamos estado, ¡y menos mal! porque solo estuvo despejado el tiempo justo para darnos un bañito.

Por la noche, para celebrar nuestra estancia, nos tomamos unos cócteles a orillas del Pacífico.

Anakena con el último moai
Con cócteles de despedida
En definitiva, han sido unos días muy especiales en un lugar incomparable; un viaje dentro del viaje, donde nos hemos podido relajar y descansar por unos días del ritmo frenético del resto de nuestra aventura. No olvidaremos estos 6 días nunca, y podemos decir que no solo hemos pasado por la isla, sino que la isla ha también ha pasado por nosotros. 

19 comentarios:

  1. Que pasada de lugar y de fotos!Sin duda,un destino apuntado como "pendiente". Seguid disfrutando de la aventura!Se os ve estupendamente!1beso!

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  2. Ese tio te mira mal David andate con ojo

    Las fotos impresionantes en dos palabras.

    un abrazo.

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    1. Jejeje... algo había notado, por lo que tuve que encararme con él. La cosa no llegó a mayores.
      Besos!

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  3. Cuánto estoy aprendiendo con vuestro blog! Me encanta!!!

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    1. Jajaja Me alegro! Dentro de nada, la próxima lección!xxx

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  4. Para estrenarse escribiendo que mejor que esta entrada. Vaya espectáculo de sitio, menudas fotos y sobre todo como lo contáis. Entran todas las ganas de ir!!!

    Vaya 6 días habéis disfrutado, habéis tenido tiempo hasta para delinquir con una moto ;-)

    Un beso a los dos!

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    1. Hombre Danielitoooo!!!!! Tu padre y tu madre aprendieron a usar blogger antes que tú, sin comentarios...
      La isla es mágica, casi mística. Al releer lo escrito pienso: ¿nosotros hemos escrito eso?
      Besos para Marga y a ver si se anima a escribir también. Pregúntale si San Pedro de Atacama nos va a encantar, por las dudas...

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  5. Nuria González Mestre19 de abril de 2014, 10:58

    Emocionada después de leer esto!!! Increíbles las fotos, no imagino como tiene q ser estar allí...

    Un besazo grande para los dos!! Y a seguir disfrutando muchísimo y enseñándonos cosas maravillosas como esta!!! :)

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    1. Gracias prima! En el blog intentamos plasmar todo lo posible lo que vivimos, pero la verdad es que las palabras se quedan cortas.
      Besos

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  6. Desde la distancia volvemos a experimentar este viaje tan emocionante y fascinante y nos hacéis participe de vuestras experiencias y emociones,como si lo viviéramos nosotros mismos . Sin duda Rapa Nui tiene que ser un lugar del mundo mágico y vosotros habéis tenido el privilegio de conocer,tocar y sentir .
    besos para los dos tu mama española.

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    1. Me alegra compartir contigo un pedacito del viaje, y poder llevarte en la mochila aunque sea a través del blog.
      Besos

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  7. De todo lo que habeis viajado, lo mas envidiado, Rapa Nui ¡¡¡¡¡que envidia!!!!!!

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    1. La envidia no es sana tito Jose, jejej...Sé que lo aprecias y lo disfrutas. Vuestro próximo viaje (o el del año que viene) al hemisferio sur. Ya tendréis tiempo cuando seais viejitos ( más todavía) de Europa y alrededores). Abrazo

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  8. Es lo mismo que nos pasa a nosotros...Cuando crees que nada puede superar lo anterior llegamos a otro sitio que confirma que no hay límites y que nos hace sentirnos muy afortunados por estar viviendo este sueño, porque a veces parece más un sueño que realidad...

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  9. SEGURO QUE NOS REPETIMOS..... SIN PALABRAS !!!! ADELANTE CON LOS FAROLES......
    BESOS PARA AMBOS DOS

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    1. Gracias papaete! Ahora estamos en Mendoza, domingo a Iguazú.
      Besos

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  10. Impresionate!!! Ese sitio tiene algo de especial, se nota desde la distancia, así que imagino que poder estar debe de ser brutal!
    Un abrazo Caba!!!! Y un beso para ti Sandra!!!!! Aunque no escriba os sigo siempre!!!! Soy Alex!!

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    1. Hombre!! Al fin se dignó a escribir Alejandro...No llega bien el wifi a Rocata o q?
      Ayer estuve en una degustación de vinos de Mendoza, te hubiera molado.
      Un abrazo

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