Después de dejar la zona cafetera, y hacer una escala de un día en Medellín (donde volveremos a visitarlo más adelante), llegamos a Santa Marta, el comienzo de nuestras "vacaciones" en el Caribe colombiano.
En el hostel conocimos a unos madrileños, majos, y al día siguiente compartimos taxi con ellos para ir a Bahía Concha, una playa al sur del Parque Nacional Tayrona, a una media hora de Santa Marta. Estábamos prácticamente solos en la playa, y estuvimos todo el día tirados disfrutando del mar y la arena.
Al día siguiente nos adentramos al Parque Nacional Tayrona, donde pasamos una noche. Caminamos una hora desde la entrada para llegar a la primera playa, Arrecifes, en la cual no nos pudimos bañar porque hacía mucha corriente. Después llegamos a La Piscina, una playa preeciosa donde comimos y nos tiramos un rato e hicimos snorkel.
Sobre las 4 de la tarde llegamos al Cabo de San Juan, la playa más bonita del parque con diferencia, donde pasamos la noche en una tienda de campaña. Al día siguiente disfrutamos de la preciosa playa casi solos y caminamos hasta alguna playa cercana más. Después de comer salimos del parque para ir a Palomino, en dirección a La Guajira, a una hora del Parque Tayrona.
El sábado volvimos a Santa Marta, donde salimos a rumbear con Pau (el dueño del hostel) y algunos huéspedes. Los días de Santa Marta nos hemos alojado en un hostel precioso que regentan desde hace poco una familia de catalanes, y hemos estado como en casa. La noche rumbera fue en realidad en Taganga, un sitio hippie y turístico a 10 minutos de Santa Marta.
En Palomino cambiamos los sandwiches de atún del parque por un buen pescado y marisco, y disfrutamos de una playa salvaje con poco turismo y hostales a pie del mar.
El sábado volvimos a Santa Marta, donde salimos a rumbear con Pau (el dueño del hostel) y algunos huéspedes. Los días de Santa Marta nos hemos alojado en un hostel precioso que regentan desde hace poco una familia de catalanes, y hemos estado como en casa. La noche rumbera fue en realidad en Taganga, un sitio hippie y turístico a 10 minutos de Santa Marta.
El domingo fue nuestro último día en Santa Marta, y llovió. Así que solo dimos una vuelta por el centro y prácticamente pasamos el día en el hostel. Aún así no nos importó que lloviera por la grave sequía que sufre Santa Marta, donde hay incluso conflictos porque la gente no tiene agua. Aprovechamos para actualizar el blog y descansar.
Esta es la primera toma de contacto con el Caribe colombiano, que de momento no está nada mal. Mañana vamos a Cartagena de Indias, famosa por sus edificos coloniales, sus murallas, ¡y su calor! A ver qué nos depara este nuevo destino...